En el grupo artístico de la Asociación Artística de los Discapacitados de Corea hay una cantante renombrada.
Cantando con voz rica y tono claro y bello “Voz de mi corazón”, “Oda a la patria” y otras canciones, dejó una profunda impresión al público. Ella es nada menos Pak Jin Ri, una ciega que tiene 18 años de edad.
Desde pequeña era muy sensible al sonido e imitaba bien las nuevas canciones que se emitían por la televisión y el radio. La niña era la alegría y felicidad de la familia.
Pero al cumplir 3 años de edad empezó a perder la vista sin saber su razón y los médicos le diagnosticaron una enfermedad degenerativa que afectaba a su visión.
Sus padres lucharon para que no perdiera la visión pero todo esfuerzo fue en vano. Se desapareció la risa en el rostro de la niña.
Cuando tenía más años, temía hablar con sus compañeros y parientes. Justamente en ese momento la visitaron los de la Asociación Artística de los Discapacitados de Corea.
Los maestros de la Asociación, apreciando el deseo de cantar de la niña y su talento, la formaron y presentaron como solista.
Cierto año, cuando visitó un país extranjero siendo miembro de la delegación coreana de discapacitados para el intercambio artístico, Jin Ri cantó las canciones sobre la patria que le hizo florecer su sueño y recibió estruendosos aplausos del público.
Viendo la función de los discapacitados coreanos los espectadores expresaron: “Es maravilloso. Viendo sus excelentes talentos, ¿quién diría que son discapacitados? Ellos no son impedidos. Pudimos conocer bien sobre la realidad de la RPDC que les ofrece excelentes condiciones de educación a los minusválidos”.
Abrazando a la hija que se desarrolla bajo el amor y ayuda especial de sus maestros y compañeros, su madre le recomendó: “Hija mía. Tu sueño se hizo realidad solo gracias a nuestro régimen socialista. Se un ruiseñor que canta siempre la patria.