Iminwichon (considerar al pueblo como el cielo) fue la máxima de vida del Presidente Kim Il Sung.
Al hacer balance de toda su vida, él dijo que el principio Juche de considerar a las masas populares como autoras de la revolución y la construcción y apoyarse en sus fuerzas fue su credo político y el fundamento que le hizo dedicar su vida entera al pueblo.
El pueblo endiosado por él se trata de los obreros, campesinos e intelectuales comunes que trabajan derramando sudor en las fábricas, granjas, zonas de pesca y galerías de extracción.
El colectivo enorme llamado pueblo vino tirando siempre al frente de la rueda de la historia, decía el gran Líder destacando que el pueblo representa lo todo del mundo.
Convencido de que las masas populares son maestras y principal fuerza motriz de la revolución, fundó el partido, el Estado y el ejército que sirven para ellas.
En su camino de orientación a todos los rincones del país, se crearon numerosos episodios que transmiten su cálido amor al pueblo.
Hasta el último día de su vida, el 7 de julio de 1994(83), él cumplió una agenda de trabajo tan apretada que no le dio el tiempo de tomar alimento.
El mundo conoce a muchos dirigentes y políticos populistas, pero ninguno ha sido comparable con el Presidente Kim Il Sung quien recorrió el largo trayecto de la revolución compartiendo siempre las buenas y las malas con el pueblo