En junio de 1946 (35) se proclamó la Ley del Trabajo, la primera para los trabajadores en la historia de Corea.
Después de la liberación nacional (el 15 de agosto de 1945), se le presentó al país el problema de establecer cuanto antes una ley nueva y democrática del trabajo que era muy importante para asegurar la vida laboral del carácter independiente y creativo al obrerismo y demás masas trabajadoras que emprendieron el camino de la construcción de una nueva patria.
Porque bajo la dominación colonial del imperialismo japonés el pueblo coreano se vio obligado a realizar diariamente duros trabajos esclavistas durante largas horas en fábricas, minas, minas de hulla exentas de elementales condiciones laborales, y llevar una miserable vida infrahumana.
Con la liberación del país se inició una auténtica vida laboral para los trabajadores.
Pero, aún no se habían eliminado totalmente los vestigios del trabajo esclavista forzado por el imperialismo japonés.
El Presidente Kim Il Sung, a base de analizar concretamente esta situación, dirigió sabiamente la labor para resolver, conforme a la demanda de la construcción de nueva sociedad, los problemas de abolir el trabajo esclavista y practicar el sistema de la jornada de ocho horas aclarados ya en el “Programa de Diez Puntos de la Asociación para la Restauración de la Patria” durante el período de la Lucha Revolucionaria Antijaponesa.
El 20 de junio de 1946 (35), convocó la VIII sesión del Comité Popular Provisional de Corea del Norte, donde pronunció el discurso titulado “Sobre el proyecto de la Ley del Trabajo”. En el conclave hizo deliberar el proyecto mencionado y someterlo a la discusión de amplias masas.
La discusión se efectuó activamente en el ámbito nacional y todo el pueblo coreano propuso que legislara el proyecto preliminar que refleja globalmente la aspiración y la demanda sobre las condiciones de la vida laboral democrática.
El Presidente, aceptando la unánime propuesta del pueblo, proclamó la “Ley del Trabajo para los obreros y empleados de Corea del Norte” el 24 de junio .
Merced a dicha ley, todos los obreros y oficinistas del país llegaron a disfrutar por primera vez del derecho democrático al trabajo y el descanso incluyendo el sistema de la jornada de ocho horas, el de vacaciones pagadas, el de seguro social, el más justo sistema salarial que elimina el desigual y esclavista y remunera de modo equitativo según la cantidad y calidad del trabajo, sin distinción del sexo y la edad.
La Ley del Trabajo fue la más democrática y original, conveniente al carácter de la revolución coreana que cumplía la revolución democrática antiimperialista y antifeudal y desempeñó un rol importante en mejorar las condiciones laborales y la vida material de los obreros y empleados y posibilitarles crear libremente una vida nueva y dichosa.
Desde la proclamación de dicha ley el pueblo coreano pudo llevar una vida digna como el dueño del país bajo los beneficios estatales y sociales, disfrutando del derecho al trabajo y el descanso.