La RPDC promueve la costumbre de vestirse de ropas nacionales que abarca la técnica tradicional así como el método de confección y la usanza del atavío, creados y desarrollados de generación en generación por el pueblo.
Esta costumbre se registró como patrimonio cultural inmaterial del Estado en noviembre del 102 de la era Juche (2013). El vestido tradicional de la nación coreana se compone de la parte superior y la inferior, tiene combinadas en armonía sus líneas rectas y curvas, así como se distinguen el cuello y el cordón de la chaqueta.
El vestido masculino superior consta de la chaqueta (jogori) que se deja caer hasta la cintura y el inferior, de los pantalones de perneras anchas, mientras el femenino superior, de la chaqueta corta que llega hasta la línea inferior al pecho y el inferior, de la falda con chaleco suspendido de los hombros que cuenta con muchos variantes tales como la falda plegada, la larga y abierta, etc.
La forma del vestido infantil es semejante a la de los adultos, pero se diferencia en su decoración tales como el uso de telas coloradas, bordado y ornamentos de la cintura incluyendo saquete decorativo, cuchillo con vaina y alhaja. Los coreanos prefieren vestirse casi diariamente de las ropas tradicionales, para no hablar de los motivos significativos de la vida como la fiesta, el primer aniversario del nacimiento y la boda.
Hoy, el vestuario coreano se confecciona en variadas formas adecuadas al sentimiento estético de la época, remozándose sus estructuras parciales y heredándose sus propias características tradicionales.
En la RPD de Corea se propagan ampliamente los conocimientos sobre vestidos nacionales, por medio de distintas actividades culturales tales como la formación de los especialistas de vestuario tradicional, la educación social y la exposición nacional del vestido coreano que se celebra cada año.