La Fábrica de Alambres Eléctricos 326 de Pyongyang dedica sus esfuerzos para llevar un gran auge en la producción. Aquí hay muchas parejas obreras.
Ri Song Hak es jefe de la brigada de estirado del taller de alambres eléctricos. Después de haberse retirado del ejército 30 años atrás, él fue asignado como obrero de la fábrica donde trabajaban sus padres. Desde el primer día de su trabajo, él se esforzó por estar versado en sus máquinas y sobrecumplió su plan de producción.
A su lado estaba una muchacha operaria que se llamaba Pak Hyang Suk. Ella no tenía experiencias y era de estatura pequeña. Ri la ayudaba cada vez que ella tenía penas en el trabajo.
En este curso ellos se comprendieron uno a otra y se enamoraron. Después de haber contraído matrimonio tuvieron dos hijos y dedicaron todos sus entusiasmos en el trabajo.
Con el decursar del tiempo ellos sintieron más apego a su lugar de trabajo logrando relevantes éxitos.
Gracias a la habilidad organizadora y capacidad técnica de Ri, su equipo de trabajo cumple con anticipación el plan anual. Recientemente, renovó el calentador eléctrico de la prensa de extrusión, ´contribuyendo a aumentar la productividad. Hasta la fecha él presentó muchos proyectos de innovación técnica. Hace poco su esposa Pak renovó el proceso de filtración de la prensa de extrusión, ayudando a economizar materiales.
Ellos están estimados como tesoros de la Fábrica.
5 años antes, Kang Hyok Song y Ju Ok Kyong ingresaron en la Facultad de Teleeducación del Instituto Superior de Maquinaria de Pyongyang. Mientras ellos estudiaban incorporados al sistema de enseñanza compaginada con el trabajo, hicieron más profunda su amistad.
La muchacha no quería quedarse detrás de otros en todos los aspectos e hizo esfuerzos tesoneros para adelantarse más que Kang en el estudio.
Su espíritu competitivo se mostró en los juegos deportivos efectuados a menudo en la fábrica. Kang atrajo la atención de los espectadores en el campo de voleibol, mientras Ju demostró su habilidad en los eventos de tenis y pingpong.
Ellos se competieron uno con otra para prevalecer en el estudio y los juegos deportivos, pero se ayudaron y guiaron en el trabajo.
Un día, Kang vio de casualidad los restantes de alambre. Estos eran solo la punta del iceberg, pero él no pudo pasar por alto. Se devanó los sesos por encontrar la vía para producir más alambres al reciclarlos. Ju le dio una activa ayuda.
Una aspiración de hacer un aporte al desarrollo de la economía nacional unieron a los dos como un solo.
En diciembre del año pasado, Kang y Ju se graduaron del Instituto superior. Ahora ellos hacen una gran contribución a la producción de de alambres, el esposo en el instituto de cable y la esposa en el taller de cable.