La fuerza ideo-espiritual de las masas populares impulsa el desarrollo del Estado permitiendo convertir lo imposible en lo posible.
No hay nada insuperable en este mundo si se moviliza todo el pueblo, he aquí el principio filosófico registrado en el orgulloso trayecto de la revolución coreana.
Desde la institución de su bandera del martillo, la hoz y el pincel, el Partido del Trabajo de Corea siempre estuvo al lado del pueblo y vino llevando adelante la revolución apoyándose en las fuerzas del segundo.
Superó todas las dificultades y pruebas no con las fuerzas del exterior sino con las ideo-espirituales del pueblo.
Para el PTC, el pueblo fue el mejor partidario, consejero y ayudante que le inspiró fuerza y coraje ilimitados. La historia de la organización política es el trayecto del gran pueblo coreano y las victorias del primero son precisamente las del segundo.
Nuestra patria siempre saldrá victoriosa gracias a la fidelidad y lucha heroica de los militantes del partido y los habitantes unidos monolíticamente alrededor del partido.
El PTC está convencido de que podrá cumplir la causa de hacerse ricos, poderosos y prósperos por propias cuentas si moviliza ideológicamente a sus militantes y los habitantes, dispuestos a defender a ultranza al CC del PTC y materializar sus políticas.