Janggo, uno de los tradicionales instrumentos de percusión de Corea, es un tambor en forma de reloj de arena, con dos cajas de resonancia ligadas a un cilindro delgado en el centro.
Los coreanos lo tocan llevando la cinta por el hombro y tomando el mazo en la mano derecha y la baqueta en la izquierda para golpear dos cajas de resonancia mientras alternan cada mano con movimientos de baile.
Con el paso del tiempo se ha diversificado notablemente el toque de janggo, por lo que este desempeña un papel como director en pequeña orquesta o se ejecuta independientemente.
Remontándose al período de Coguryo, se llamaba “yogo” en el sentido de que se ponía en la cintura.
En los períodos de Coryo y la dinastía feudal de Joson se remodeló similar a la presente forma y se cambió su nombre.
Su fabricación se basa en un método tradicional que los coreanos crearon y desarrollaron a través de sus ricas experiencias y conocimientos obtenidos en el trabajo y la vida.
Dicho instrumento musical consta de dos cajas y membrana de resonancia.
La paulonia de 15-20 años es el más adecuado material para cajas de resonancia. El parche es hecho de piel de corzo.
La técnica de fabricar janggo fue registrada como uno de los bienes culturales inmateriales del Estado.