El día 24, el asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, Kim Kye Gwan, hizo pública una declaración, diciendo:
He leído con gran interés la información de que recientemente el Presidente Trump volvió a mencionar en un lugar oficial el respeto mutuo y el mantenimiento de las buenas relaciones entre él mismo y el máximo líder de la RPDC.
Lo que puedo confirmar son las sólidas relaciones de amistad personal y el sentimiento de confianza que siguen manteniéndose entre nuestro Presidente del Comité de Estado y el Presidente Trump.
Hace días que me vi con nuestro mandatario para informarle sobre los asuntos de la actualidad relacionados con las actividades exteriores, sobre todo el de los nexos RPDC-EE.UU. A la sazón, le oí hablar de lo excepcionales que eran sus lazos con el Presidente Trump.
Espero con vehemencia que estos vínculos personales sirvan de una fuerza impulsora para superar todos los enredos entre la RPDC y EE.UU y llevar por un cauce más positivo las relaciones bilaterales.
El quid es que los políticos de Washington y los elaboradores de la política sobre Corea de la Administración norteamericana se dejan cautivar todavía por el modo de pensar en tiempos de la Guerra Fría y el prejuicio ideológico, muy lejos del punto de vista político y el propósito de su presidente.
Con toda razón la determinación da pasos hacia adelante. A ver cómo se las arregla EE.UU. para pasar este fin de año.