El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea hizo pública el día 6 la siguiente declaración.
Según el acuerdo entre la RPDC y EE.UU., tuvieron lugar los días 4 y 5 de octubre en Estocolmo, Suecia, el contacto preliminar y las negociaciones de trabajo entre dos países.
Recientemente, la parte norteamericana solicitaba tenazmente la apertura de negociaciones enviándonos las señales reiteradas de que estaba lista para el diálogo consistente en el “nuevo método” y la “creativa solución”. Hemos aceptado la solicitud abrigando la esperanza y el optimismo en que EE.UU. actuará con el correcto juicio y acción.
Sin embargo, en la cita los delegados estadounidenses mantuvieron su actitud invariable, lo que nos hace saber que era fútil nuestra esperanza y concebir una duda de si EE.UU. tiene o no la posición de querer solucionar el problema mediante el diálogo.
En esta ocasión, la parte norteamericana insistió en su posición anterior y repitió, sin ningún cálculo ni garantía, la obstinación vaga de que son necesarias negociaciones continuas e intensivas.
Así, EE.UU. no ha preparado nada y trató de satisfacer el objetivo político abusando el diálogo RPDC-EE.UU. en el programa político de su país.
Al respecto, en una rueda de prensa, nuestro delegado expuso la posición de principios de la RPDC sobre la presente cita.
No obstante, EE.UU. engaña la opinión pública diciendo que en la entrevista la delegación coreana no ha explicado correctamente el contenido y el espíritu de las negociaciones y que tuvo buen debate con la contraparte.
Por más que sea grande la esperanza, mayor desesperanza le sigue.
Las presentes negociaciones nos hacen saber que EE.UU. no tiene la voluntad política de mejorar las relaciones bilaterales y dudar que este país tratara de aprovechar las relaciones RPDC-EE.UU. para los intereses y estrategias de su propia fracción.
Ahora, EE.UU. difunde el rumor falso de que ambas partes tienen la pretensión de encontrarse después de dos semanas. Pero, es imposible que ellos, que nada inventaron durante 99 días después de la Cumbre en Phanmunjom, presentaran en dos semanas el proyecto correspondiente a nuestra esperanza y la atención de todo el mundo.
No nos da la gana de sostener unas negociaciones tan asquerosas como las presentes antes de que EE.UU. tome las medidas concretas para abandonar de manera completa e irreversible la política hostil que amenaza la seguridad de nuestro Estado y perjudica los derechos de nuestro pueblo a subsistencia y desarrollo.
Ya hemos declarado que podrían terminar las negociaciones entre dos países si el país norteamericano manosea otra vez el caduco guión que no tiene ninguna relación con el nuevo método de cálculo.
Puesto que hemos presentado a la contraparte el método de la solución del problema, la perspectiva del diálogo Corea-EE.UU. depende de la actitud del último país y esperaremos hasta fin de año.