El Presidente Kim Il Sung, al conducir triunfalmente la lucha armada antijaponesa, logró la histórica causa de la liberación de la Patria lo cual constituyó un acontecimiento que puso fin a la historia de martirio nacional y abrió una nueva era de la Corea del Juche.
El pueblo coreano que añoraba el día del resurgimiento nacional, elogió al gran Líder como benefactor de la liberación, héroe de la nación y se prepararon para saludar a su regreso triunfal a la patria. Los delegados de diversas clases y capas de la ciudad de Pyongyang y de la provincia de Phyong-an del Sur organizaron el Comité preparatorio en saludo a su regreso triunfal a la patria y se apresuraron en los preparativos para tributarle el honor y la gloria.
Los pobladores del distrito de Taedong organizaron aparte el Comité preparatorio para dar bienvenida al General Kim Il Sung, con la esperanza y el orgullo de que serían primeros en recibirlo en Mangyongdae, su tierra natal.
El 14 de octubre de 1945, tuvo lugar el mitin de la ciudad de Pyongyang en saludo a su regreso triunfal a la patria en el entonces Estadio Público situado al pie de la colina Moran. Ese día histórico, en el lugar del acto se agitaba todo un mar de gente. Muchos hombres subieron hasta las partes superiores de los árboles de los contornos del Estadio y había aglomeraciones de personas alrededor de los pabellones Choesung y Ulmil.
El diario de aquella época “Pyongyang Minbo” informó con el título de “Aclamaciones de 400 mil habitantes que estremecieron todo el territorio”.
“En Pyongyang, pese a su larga historia de 4 mil años y su población de no menos de 400 mil habitantes, ¿hubo alguna vez que se reunieran tantas personas?, ¿hubo algún mitin de tan gran significación?…
… En especial, lo que imprimió mayor importancia histórica al mitin y emocionó fuertemente a los reunidos fue la presencia del General Kim Il Sung, gran patriota de Corea y Héroe que nació en Pyongyang, quien dirigió al pueblo calurosas y cordiales palabras de saludo y estímulo. … Tan pronto como apareciera la gallarda figura del Héroe, el General Kim Il Sung a quien el pueblo coreano venera de modo muy profundo y esperaba ansiosamente, el lugar del acto se llenó de tan efusivos gritos que incluso era difícil respirar y casi todos los participantes, muy emocionados, derramaron silenciosas lágrimas.”
También la alegría de los compatriotas surcoreanos que acogieron la liberación era inmensa. En Seúl, Ryo Un Hyong, Ho Hon, Hong Myong Hui y otras renombradas personalidades organizaron el comité preparatorio para dar bienvenida al General Kim Il Sung y libraron diversas actividades preparativas para recibir al célebre patriota.
La estación ferroviaria de Seúl formó un mar de gente todos los días. La estación era inundada por muchas personas que vinieron con los ramos de flores y cartelones de felicitación al oír el rumor sobre su regreso a Seúl.
Un anciano que había trabajado entonces de periodista en una editora del periódico en Seúl, recordó:
“En aquel tiempo en Seúl había muchos periódicos como ‘Haebang Ilbo’, ‘Seúl Sinmun’, ‘Tokrip Sinmun’, ‘Minju Jonson’, ‘Jayu Sinmun’ e innumerables revistas y folletos como ‘Sinchonji’, ‘Amigo del pueblo’. El primer plano de esos periódicos y revistas siempre lo ocupaban los artículos relacionados con el General Kim Il Sung.”
De veras, el ardiente respeto y veneración al gran Líder, benefactor de la liberación y héroe de la nación, eran el sentimiento del pueblo de este país que llenaba todo el territorio patrio liberado.