Por Kim Hyang Suk
Muchos extranjeros, tras visitar a Corea, quedan sorprendidos ante su realidad. Algunos de ellos lo afirman porque este país da espuela a su edificación socialista sin titubear ni vacilar aún en medio de las sanciones externas tan inauditas que van fuera de toda imaginación.
El Comité de Estudio de la Idea Juche de la Región Africana, en su página Web “Juche África”, ha insertado:
“Con la unidad monolítica el Dirigente Kim Jong Il echó una base de eterna duración para la construcción de una potencia socialista.
Si Corea, no grande en su superficie territorial y su número de población, logra prodigios y cambios históricos para asombro del mundo pese a múltiples adversidades que afrontaba, esto se debe a esa unión que le sirve de un arma todopoderosa.”
Por la unidad monolítica se entiende, al pie de la letra, que todos se aglutinan en cuerpo y alma.
Con una mirada retrospectiva, el Partido del Trabajo de Corea se ha beneficiado de su poderío para cosechar sucesivas victorias y continuar sus pasos hacia adelante.
Su tradición fue preparada en los albores de la revolución coreana por el gran Líder Kim Il Sung y, luego, desarrollada y enriquecida por el gran Dirigente Kim Jong Il.
Durante casi medio siglo de su orientación que siguió a los primeros días de su trabajo en el Comité Central del PTC, lo transformó en una organización política firme en la unidad ideológica y dirección, de profundas raíces entre las amplias masas y tan generosa con éstas como la madre con sus hijos.
Para él la unidad fue un punto de partida para elaborar las líneas y orientaciones del PTC y practicar la política.
Definió como la naturaleza y la peculiaridad principal del Partido respetar al pueblo, ponerse a su servicio y confundirse con él, lanzó la consigna “¡Servir al pueblo!” y orientó amarlo infinitamente y servirle con total entrega.
Decenas de años atrás, un cuadro recibió un informe de que una localidad sufría carencia de cerillas.
Él tomó asunto como algo nimio y lo anotó en la última parte de un documento que iba a elevar a Kim Jong Il.
Este lo llamó, lo reprochó por haber insertado de tal modo en el documento el tema relativo a las cerillas, la sal u otros artículos de carácter vital para el pueblo, y le recomendó la necesidad de situar en su primera parte los asuntos relacionados con su vida e interés, sean grandes o no, de pensar primero en sus intereses y encontrarles solución primordial y de mantener tal actitud en todos los trabajos.
Además, con su política de virtudes logró que todo el pueblo se identificara con el líder en el modo de pensar, respirar y caminar; e hizo reforzar extraordinariamente esta unidad en el período de la “Marcha Penosa”, la forzada.
Cuando el pueblo, tras sufrir un gran duelo nacional, se vio obligado a realizar esta marcha debido a las sucesivas calamidades naturales y las cada vez recrudescentes maniobras de sanción, aislamiento y aplastamiento de las fuerzas extranjeras, las fuerzas hostiles presagiaron un derrumbamiento de Corea dentro de tres días, tres meses o tres años.
Por lo contrario, el país se tornó mancomunado más herméticamente en torno a su gran Dirigente, se hizo más fuerte y emergió más alto.
Aunque carecía de todo: materiales, fondos, manos de obra y técnica, el pueblo redobló su férrea voluntad de cumplirlo todo infaliblemente si el Partido se propone, creando lo nuevo de la nada y convirtiendo lo imposible en posible.
La RPDC adquirió su condición de Estado capaz de fabricar y lanzar satélites artificiales y preparó cimientos de una potencia económica con las industrias de tecnología puntera Y arregló todas las tierras labrantías del país conforme a los aspectos de la Corea socialista y edificó un sinnúmero de creaciones monumentales y bases de vida cultural y estética que corresponden a una alta civilización.
Hoy, éste, firmemente aglutinado en torno al Máximo Dirigente Kim Jong Un, imprime resplandecientes éxitos a todos los planos de la política, economía, asuntos militares y la cultura.
Es por eso que el pueblo coreano, con motivo del 19 de junio de cada año en que el gran Dirigente inició su trabajo en el CC del PTC, lo festeja con gran significación evocando sus sempiternas hazañas referentes a la construcción del Partido.
Este año se cumple el aniversario 55.